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Transicio?n hacia el biocombustible amenaza con la escasez de alimentos, afirman científicos.

Fecha de Publicación: 13/04/2015

Varios investigadores han llegado a la conclusio?n de que las consecuencias de la sustitucio?n de la gasolina por biocombustibles no solo seri?an positivas, pues la produccio?n de alimentos se podri?a ver afectada por este proceso.

 Los cienti?ficos calcularon que entre un 20% y un 50% de los cereales que se planea usar en la produccio?n de biocombustible no podri?an ser recuperados, lo que contribuiri?a a un aumento de los precios del trigo y a la desaceleracio?n de la produccio?n de alimentos, informa el portal Science Daily.

Segu?n afirma Timothy Searchinger, de la Universidad de Princeton (Nueva Jersey, Estados Unidos), sustituir la gasolina por etanol (un biocombustible) no reducira? la emisio?n de gases de efecto invernadero, sino que provocara? que aumenten.

En ese sentido, se comprobo? que cuanto ma?s trigo se recicla mayor es el volumen de dio?xido de carbono (CO2) emitido a la atmósfera.

Searchinger, que ha dirigido el estudio asegura el etanol producido con trigo generaría un 46% más de emisiones que la gasolina, y el etanol procedente del maíz, un 68% más.

La investigación se ha centrado en tres modelos empleados por agencias de medio ambiente de Europa y Estados Unidos.

Según los autores, buena parte de los cultivos que dejan de dedicarse al consumo y se destinan a la producción de biocarburantes no ha sido cubierta mediante la ampliación de terrenos. Se estima que se ha perdido para el consumo humano y animal entre el 20% y el 50% de las calorías desviadas a la producción de etanol.

El problema no es sólo la cantidad, sino también en calidad: en el caso del modelo sostenido por la Comisión Europea, parte de la pérdida de calorías para consumo humano se cubre con aceites de menor aporte nutricional. El resultado no se limita sólo a que haya menos comida.

Al disminuir la oferta, los precios de los alimentos suben en todo el planeta, lo cual tendrá efectos desproporcionados en los países más pobres, afirma Searchinger.

El estudio concluye que los modelos empleados esconden los detalles que muestran que la reducción de alimentos y su consumo son necesarios para que las actuales políticas sean efectivas, y sugiere mayor transparencia para que se puedan elaborar modelos más eficaces en la lucha por disminuir la emisión de gases de efecto invernadero.

FUENTE: http://panorama-agro.com/