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Confía Monsanto en aceptación de semillas GM en propuesta legislativa

Fecha de Publicación: 09/03/2016

La multinacional estadounidense está segura de que el gobierno federal incluirá en su propuesta legislativa la siembra de semillas genéticamente modificadas.

La gran apuesta de Monsanto está en la próxima reforma al campo mexicano. La multinacional estadounidense está segura de que el gobierno federal incluirá en su propuesta legislativa la siembra de semillas genéticamente modificadas porque así lo plasmó en el Plan Nacional de Desarrollo.

Manuel Bravo, director de la compañía en Latinoamérica, confía en que una vez resueltos los problemas legales que enfrentan en tribunales, el tema será parte de la agenda de la actual administración. “El gobierno ha sido muy claro de lo importante de estas tecnologías en el campo.”

Las modificaciones legislativas para mejorar el campo mexicano son una de las reformas estructurales pendientes del presidente Enrique Peña Nieto. En marzo de 2014 instruyó a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), a que realizara foros nacionales y regionales con académicos, organizaciones sociales y privadas para debatir la “nueva política pública agroalimentaria”. A la fecha la promesa del mandatario no se ha cumplido.

Los directivos de Monsanto han sostenido pláticas con la Sagarpa sobre el uso de estas tecnologías en los cultivos con la finalidad de echar a andar el potencial del campo mexicano. “Por la abrumadora información científica que habla (a favor) de estas tecnologías estamos seguros de que se va a favorecer a los productores con la posibilidad de tener esta opción y competir cara a cara con los productores de otros países”, afirma Bravo. Sin embargo, aún no hay fechas para una posible discusión en el Legislativo.

Monsanto es la mayor compañía de semillas genéticamente modificadas en el mundo. Sus productos han provocado un debate polarizado en el ámbito mundial. Los detractores, como Greenpeace, aseguran que los transgénicos dañan al medio ambiente porque las toxinas se acumulan en los suelos de cultivo y pueden afectar su fertilidad a largo plazo.

Los daños a la salud, advierten, son irreversibles, ya que uno de los agroquímicos más usados en el cultivo de transgénicos puede causar cáncer en los humanos. También aseguran que es un mito que estas semillas alteradas ayudan a reducir el hambre porque solo están diseñadas para producir ganancias a los grandes corporativos.

 

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