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Obtienen leguminosa con propia fertilización

Fecha de Publicación: 03/02/2015

La unión entre la bacteria Rhizobium, que es un biofertilizante, y la planta Leucaena leucocephala, rica en proteínas, ha resultado una combinación perfecta.

La primera se añadió a la leguminosa nativa de México, donde se le conoce de manera común como huaje, y ésta creció con la ventaja de estar biofertilizada. Así lo da a conocer una investigación del Centro de Ciencias Genómicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La doctora Esperanza Martínez Romero, titular de la investigación y responsable del Programa de Ecología Genómica de la UNAM en Cuernavaca, Morelos, explica que comenzaron a trabajar con leguminosas nativas del país como lo son el frijol y la Leucaena.

?Nuestra propuesta es investigar bacterias que permitan a las plantas crecer en condiciones pobres de nitrógeno y sustituir fertilizantes químicos nitrogenados. En este caso la bacteria Rhizobium se añadió a las plantas de Leucaena, lo que permitió crecer a la leguminosa con propia fertilización?.

En particular, el Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM trabaja con Leucaena porque son árboles de crecimiento rápido, leguminosas que tienen el récord más alto de fijación de nitrógeno en el mundo. Pueden fijar hasta 242 kilos de nitrógeno por hectárea en un año, lo que constituye una fertilización considerable, similar a la que se requiere para cultivos de caña de azúcar. La Leucaena continuamente tira hojas que sirven como fertilizante para el suelo, donde pueden crecer otras plantas.

Entre los rumiantes se ha comprobado que el ganado crece mejor si su alimentación se complementa con Leucaena, que es rica en proteínas, y hasta los humanos pueden comer las semillas de Leucaena. En México la Leucaena se utiliza en guisados como el muy nutritivo huaxmole. Sin embargo, tiene una gran concentración de mimosina, tóxica en grandes cantidades para los animales no rumiantes.

Otra virtud de la Leucaena es que crece de manera rápida con raíces profundas, con las cuales pueden aprovechar  el agua de los mantos freáticos profundos sin necesidad de competir por el líquido de la superficie que se utiliza en los campos agrícolas. Además de fertilizar el suelo, también lo retiene porque sus raíces son profundas. Como muchas otras plantas, la Leucaena puede mantener una población de bacterias que reestructuran el suelo.

En pruebas en invernadero, usando diferentes bacterias inoculantes de Leucaena, se identificó cuáles son las que promueven un mayor crecimiento de las plantas.

La investigadora de la UNAM describe que el crecimiento de las plantas inoculadas fue sobresaliente comparado con las que no recibieron las bacterias. ?Las plantas sin bacteria prácticamente no crecen, se quedan pequeñas, amarillas, con síntomas de deficiencias nutricionales. En cambio las que sí recibieron las bacterias crecieron grandes, verdes y desarrollaron sus tallos hasta hacerse troncos?.

Biofertilizar al país: Fundación Produce y UNAM

Luego de obtener estos resultados en la investigación ?Identificación, evaluación y producción de Rhizobium para Leucaena?, la Fundación Produce de San Luis Potosí invitó al  Centro de Ciencias Genómicas en Cuernavaca para trabajar de manera conjunta.

La doctora Esperanza Martínez Romero relata que comenzaron a producir cepas de la bacteria para las plantas de Leucaena que se van a utilizar como complemento alimenticio del ganado en la zona de San Luis Potosí.

?El trabajo experimental se llevó a cabo en Cuernavaca, Morelos, y la recolección de las plantas en San Luis Potosí. Seleccionamos las mejoras plantas de Leucaena de la región y antes de llevar las bacterias al campo las identificamos y caracterizamos. Es muy importante saber qué bacterias se añadirán a un cultivo, ya que  de no hacerlo de manera correcta pudiera tener consecuencias; por ejemplo, ocasionar enfermedades en humanos?.

La especialista de la UNAM y responsable del Programa de Ecología Genómica explica que la Fundación Produce de SLP buscó al Centro de Genómica de la UNAM para trabajar juntos con el objetivo de biofertilizar al país.

El proyecto, coordinado por la máxima casa de estudios, consiste en divulgar la información sobre biofertilizantes. La Fundación Produce reúne a los agricultores y productores, los investigadores les dan pláticas y además patrocinan parcelas experimentales.

En el caso de las parcelas experimentales, compiten diferentes compañías de productos. Los investigadores de la UNAM hacen las evaluaciones de manera neutral con el fin de identificar los productos que promueven los más altos rendimientos. Además se imparten pláticas y conferencias sobre los biofertilizantes hechos con bacterias y se evalúan otros que ya se comercializan en la región.

La siguiente parte del proyecto en San Luis Potosí ?indica la doctora Martínez Romero- es entregar a los agricultores bacterias inoculantes para incorporarlas al campo.

Además de las plantas recolectadas en San Luis Potosí, los investigadores de la UNAM recolectaron y aislaron Leucaena en Puebla, Morelos, Yucatán y Veracruz entre otros estados. En la propuesta de biofertilizar a México participan 19 estados del país.

La meta de la Fundación Produce y la UNAM es biofertilizar a México y prescindir de fertilizantes químicos nitrogenados, además de aprovechar el patrimonio de bacterias y microorganismos que tenemos en México.

Fuente: mundoagropecuario.com